miércoles, 20 de mayo de 2009

queda.


LXXIII.

No importa.
No fue suficiente.

LXXIV.

Derramo su amorsobre el cuerpo de un extraño.
Con el corazón hinchado, fue por otro.

LXXV.

Cuando la ciudad despertó,
ellos no se enteraron del ruido.

Sin embargo,
gimieron cada vezmás fuerte.

LXXVI.

Bajo la luz de las estrellas falsas,
dos cuerpos se hicieron uno.

3 comentarios:

  1. Anónimo1:44

    como siempre, me encantó.

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  2. Digo lo mismo que Julieta. Y me pregunto cuántas veces hemos buscado en cuerpos extraños otros que fueron nuestros...

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  3. Muy cierto, esa tendencia a buscarnos a nosotros mismo en otro ser es muy porpia de todos.

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